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La tecnología láser ataca selectivamente las lesiones pigmentadas, proporcionando un tratamiento rápido y eficaz. También induce la producción de elastina, aumentando la flexibilidad y tersura de la piel, haciéndola lucir más joven.
Los láseres de picosegundo eliminan el pigmento de la piel al enfocar pulsos de láser extremadamente cortos en el área de tratamiento. Aunque el láser calienta el pigmento de melanina, no eleva la temperatura de las células de la piel circundantes como lo hace un láser de nanosegundos porque los pulsos de luz son muy cortos. Una vez que el pigmento se ha desintegrado bajo el impacto del rayo láser, los procesos linfáticos del cuerpo eliminan gradualmente estos depósitos durante las próximas semanas y meses.
El alto nivel de precisión de la tecnología láser de picosegundos permite la máxima utilización de la energía fotoacústica y ayuda a lograr resultados óptimos. Por eso, a pesar de su energía extremadamente concentrada, el láser no daña la capa exterior de la piel. Por lo tanto, los pacientes que reciben tratamiento con láser de picosegundos experimentarán unas molestias mínimas [5].
Es una tecnología extremadamente precisa que permite a los médicos lograr resultados optomecánicos óptimos. Aunque sus pulsos de energía están altamente concentrados, los efectos del láser son suaves para las capas externas de la piel. El láser Pic no quema la piel; los pacientes normalmente experimentan poca o ninguna molestia durante el tratamiento.
Los láseres son mejores para producir ruptura óptica inducida por láser (LIOB). Se trata de un láser de alta energía de pulso corto que induce la cavitación en la dermis profunda y es el resultado de un efecto fotomecánico no térmico, que tiene un buen efecto terapéutico en las cicatrices leves del acné.
